A pesar de ser una excelente fuente de energía renovable, las turbinas eólicas, como la mayoría de los productos manufacturados, eventualmente deben desecharse, por una u otra razón. Eso plantea un problema obviamente grande dado su tamaño, pero los investigadores de la Universidad Estatal de Michigan están trabajando en una solución novedosa: un material recientemente desarrollado para fabricar turbinas que luego se pueden reciclar en todo, desde piezas de automóviles hasta ositos de goma.
Los mismos argumentos para actualizar tu teléfono cada año, como mejorar su rendimiento o reemplazar un dispositivo con mucho desgaste, también se aplican a las turbinas eólicas. Intercambiar aspas más grandes y livianas puede mejorar la eficiencia y la potencia de salida de una turbina eólica, pero deshacerse de un dispositivo móvil que se desliza en tu bolsillo es mucho más fácil que deshacerse de una aspa de fibra de vidrio que mide más de 250 pies de largo, o tres para ser exacto. Las aspas de las turbinas eólicas actuales se pueden reciclar en otros productos, como materiales de construcción, pero la práctica aún no está muy extendida, y estos componentes gigantes a menudo terminan en vertederos.
Un equipo de investigadores de la Universidad Estatal de Michigan, dirigido por John Dorgan, Ph.D., está tratando de cambiar eso y recientemente presentó una solución novedosa para encontrar una nueva vida para las palas de las turbinas eólicas. Durante la reunión de otoño de la American Chemical Society (ACS), el grupo detalló cómo había desarrollado una nueva resina termoplástica hecha de fibras de vidrio combinadas con polímeros sintéticos y derivados de plantas. Es lo suficientemente fuerte como para usarse en la fabricación de palas de turbinas eólicas, que cuando ya no se necesitan, se pueden cortar y disolver para volver a moldearlas en otros productos. Dichos productos incluyen piezas de automóviles, pero también pueden ser mucho más inesperados.
Cuando se mezclan con minerales, los álabes de turbina disueltos se pueden usar para producir productos de piedra cultivada, como encimeras de granito artificial, o el material recuperado se puede triturar y mezclar con otras resinas y usar en máquinas de moldeo por inyección para crear juguetes u otros artículos de plástico sin caída en la calidad del producto.
Procesar el material recuperado de otras maneras produce posibilidades de reciclaje aún más intrigantes. Se puede usar una solución alcalina para digerir la resina termoplástica y liberar poli(metacrilato de metilo): un material plástico transparente que a menudo se usa como una alternativa duradera al cristal. Con temperaturas más altas, podemos dar un paso más para convertir el poli(metacrilato de metilo) en poli(ácido metacrílico): un material súper absorbente que se usa en los pañales. Un subproducto de estos procesos de reciclaje es el lactato de potasio, que después de ser purificado hasta el punto de ser apto para uso alimentario, el equipo lo utilizó para crear dulces de ositos de goma, que se comieron.
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El siguiente paso es utilizar la nueva resina termoplástica para fabricar palas de aerogeneradores para probar cómo resisten las condiciones del mundo real, como la lluvia, la nieve y cualquier otra cosa que la madre naturaleza pueda arrojarles. Las pruebas exitosas podrían ver una mayor demanda del nuevo bioplástico, que el equipo espera que lleve a las empresas interesadas a fabricarlo en masa como una alternativa viable y asequible a los materiales tradicionales de fibra de vidrio. Si es imposible obtenerlo y es demasiado caro, no importa lo fácil que sea reciclarlo: nadie querrá usarlo.