Buzos de la organización Mar Libre recuperaron también un ancla y una moto acuática quemada.
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Buzos experimentados de la iniciativa Mar Libre, con la colaboración de voluntarios y prestadores de servicios turísticos, lograron sacar al menos tres toneladas de fibra de vidrio carbonizada del fondo marino de Balandra, en Baja California Sur, dos semanas después del incendio y hundimiento del yate Fortius.
En entrevista con Excélsior, Pablo Ahuja, fundador de “Mar Libre”, destacó que en dos días de trabajo, ahora interrumpido por la próxima llegada del Huracán Kay, consiguieron recuperar además el ancla y la cadena de acero de la embarcación, así como una moto acuática quemada.
“Las tres toneladas que sacamos son de pura fibra de vidrio carbonizada, hay que sumarle todo lo demás, el ancla, la cadena y el jet ski. ¿Cuánto más queda abajo?, yo creo que la misma cantidad, otras tres toneladas, es decir, hemos sacado el 50 por ciento de lo que hay en el fondo”, explicó.
El pasado 24 de agosto, tres días después del siniestro en la embarcación, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), informó sobre la recolección de las primeras 10 toneladas de combustible, aceite, cenizas y hollín, que recalaron a la orilla de la playa en Balandra.
Pablo Ahuja consideró que el fondo marino no quedará limpio en su totalidad, ya que el material con el que estaba fabricado el yate Fortius, sigue deshaciéndose, soltando fibras que se pueden ver flotando en las columnas de agua.
Explicó que incluso los pelos o barbas de la fibra de vidrio que es plástico sumamente tóxico, terminará en los estómagos de peces, en el interior de almejas y en los organismos de especies marinas más grandes, subiendo a toda la cadena trófica, por lo que la contaminación tarde o temprano llegará hasta nuestras mesas.
“En Balandra estamos viendo que los peces están ingiriendo las barbitas de fibra de vidrio que son sumamente tóxicas, las ves en su boca, en la salida de sus branquias; en el fondo del mar hay mucha almeja que filtra el agua y que también va a chupar ese plástico; todos los cangrejos, pulpos y caracoles están comiendo este material”, lamentó.
El fundador de la iniciativa Mar Libre, dedicada a la limpieza de arrecifes y manglares, así como a la educación ambiental en las escuelas de La Paz, advirtió que lo mejor para la preservación de los recursos naturales, es sacar los restos del yate que fueron puestos a flote y remolcados de manera inadecuada el pasado 1 de septiembre por la empresa Abaroa.
Recordó que las líneas de arrastre de la embarcación se reventaron ese día y lo que quedaba del casco volvió a hundirse sobre el canal de navegación apenas saliendo del Área de Protección de Flora y Fauna, a una profundidad de entre 30 y 40 metros, lo que va a complicar aún más las maniobras de rescate.
Explicó que, de lo contrario, el Fortius seguirá siendo un peligro para el ecosistema, porque continuará contaminando el fondo marino durante años, por la fibra de vidrio, los motores, y el combustible que le queda, ya que se dice que uno de los dos tanques de la embarcación todavía tiene diésel y aceite que se quedó encapsulado en su interior.
“Es el mismo desastre ecológico sólo que más profundo y cerca de una colonia de lobos marinos, del área natural protegida de Balandra, y de varias islas donde hay aves, peces e invertebrados, y por donde pasan delfines, tiburones ballena y ballena jorobada, así como un sin fin de especies que hay en el Golfo de California”, detalló.